martes, septiembre 05, 2006

Lunes 5

No la puedo culpar por ser tan descifrable, ella toda es una verdad, su verdad. No puede esconder nada que en segundos se le revela. Sus ojos, su cara, sus manos, su cuerpo entero dice todo lo que sucede.

Me ve llegar y sin saludarme siquiera, se acomoda en una de las mesas mas lejanas, como para evitar que nos molesten como para decirles a todos, sin decirles, que no interrumpan que es importante.

Se sienta, pone los codos sobre la mesa, cruza los dedos y se tapa la boca, no necesita decirme nada, ya mitad de su historia la sé. Tiene tantas formas de decirme su vida, que ella sola es una lectura.

Me siento frente a ella, ante sus ojos negros profundos.

-Y ahora que has hecho?