miércoles, julio 25, 2007

El libro rojo

Dedicado a mi amigo Pacho que sin saberlo me devolvió la fe
Sucre es para mi el refugio de mi infacia
un libro precioso de tapa dura roja con ilutraciones de acuarela,
el libro es una historia de una niña triste de cabellos negros
que encuentra magia en las níveas paredes de una ciudad tocada por la belleza del tiempo.

Las hojas se hacen amarillas con los años
y lejos de afear al libro le otorgan una estirpe de pergamino

Cuando puedo, cuando la realidad de la vida me escupe en la cara
me vuelvo niña y busco mi libro rojo
leo la historia con cuidado, una a una las hojas son, apesar del tiempo
una relvelación
una cura
un hungüendo tibio, para el resfrío de la vida.

Sabía que julio no podía pasar sin arrancarme algo.
Cuando el frío empieza y termina junio con sus premoniciones,
pienso que esta vez julio no me hará daño. Siempre me equivoco.

Al menos hay un lugar donde regresar.

martes, julio 24, 2007

Recordando promesas

La Venegas canta en mi oreja izquierda,
ya no le creo lo que canta...
pero la tarde esta linda
el sol es casi del amarillo que logra a las 5

Me gustaría comerme un algodón de azúcar
Hoy saldré temprano del trabajo
mañana ya es media semana

Y aunque todo puede ponerse peor...
prometí arriesgarme

lunes, julio 09, 2007

Homenaje a Julio de la Vega


El jueves a las 19:30 en el Centro Simon I Patiño, estará Julio de la Vega para recibir un homenaje. Habra charla, video y un recorrido por su obra. estan todos invitados.

jueves, julio 05, 2007

Sideral Desconexión

Un astronauta y una bruja
viajan en una burbuja derechito para el sol,
ese fuego que creció...
Si se calienta el detergente
y revienta eso que sienten
pueden perder el control,
y también la conexión,
certidumbre o ilusión epidérmica ficción.

El cree en naves espaciales
y en efectos especiales
que nunca verificó
que en su puta vida vio...

Ella practica con escobas
ve el futuro en una bola
que un colgado le vendió
y también la convenció de su poder interior
esa magia de cartón....

En el aire, ruegan gotas de amor gotas de amor....
El vago juega con la idea de crear un gran sistema
que permita otra fusión otro tipo de valor...
Pero la bruja lo contiene y adivina lo que quiere
por que él ya fue y volvió
al infierno del terror a ese mundo tan glotón que te come el corazón...

A veces pasa que la fiebre sube misteriosamente
y se retira sin razón, como toda aparición...
Una burbuja reventada ya no significa nada
y abatidos van los dos
sin creencia o religión alejándose del sol en opuesta dirección....

Un retorno eterno al vacío, al vacío...
Un retorno eterno al vacío, vacios...
nunca la vida es tan precisa
nadie tiene esa fija que te saca del montón y te muestra algo mejor...
ni el astronauta ni la bruja saben que hacer
con la culpa y el miedo que les dejó su sideral desconexión ...
En el aire , ruegan gotas de amor gotas de amor...

miércoles, julio 04, 2007

Jugamos como nunca, perdemos como siempre

Existe un ciclo despiadado en los estados de ánimo de los y las bolivianas cuando la selección de fútbol juega. Por alguna extraña razón los pasos del ciclo se repiten uno a uno sin que las experiencias de otros partidos puedan refrescarnos la memoria, no es posible entrar en razón sujetarse de ella y no caer en ese círculo mortal.

La primera etapa es algo flexible y da opciones, puede iniciar con la indiferencia, uno ni se entera de que juega la selección o lo escucha de rebote y lo “olvida” enseguida. La otra opción es fijar con anticipación el día para programar una actividad recreativa cultural que acompañe la observación del partido en algún lugar donde además de las corridas de jugadores se verán las corridas de filas y filas de cervezas (sin importar el día de la semana).

Para ambos casos la segunda etapa podría denominarse como la etapa de siembra y brote, sea indiferente o planificada, la sola idea de saber que la selección juega se siembra en nosotros, entrando como una semilla que llego accidental e inocentemente, sin permiso se instaló en el pecho, la ubicación solo se detecta cuando se escucha por segunda vez la fecha del partido, o cuando uno cae en cuenta de que hoy es el partido, entonces el cosquilleo de la pequeña raíz y la repuntante primera hoja nos avisan la ubicación de la semilla.

La tercera etapa es la del escudo, uno se refugia en las cervezas o en la indiferencia, pero con la radio encendida o la tele a tres metros, un espasmo de realidad nos llama a la cordura, pensamientos como: "es imposible ganar","si desde hace 20.000 campeonatos que no pasamos de la primera ronda", se juntan uno a uno como tabiques de una gran e incontenible represa.

Cuando la auténtica mano de Dios actúa y un gol estalla en todas las gargantas, el agua de la emoción se desborda a raudales, la emoción también le mete un gol a la cordura. Es ésta la etapa de la felicidad. Qué mayor felicidad que la del engaño.

En algunos casos, cuando la fortuna decide dar una mano se repite el paso anterior, con la multiplicación al mil de la euforia y la esperanza, entonces todos los canales televisivos muestran "los pálpitos" en un 99.9% favorables a Bolivia. Este estado parecido a la felicidad plena, conlleva la ilusión óptica de ver una luz al final del túnel de la historia del fútbol nacional, copia en carbónico de la historia nacional.

Solo cuando la verdad del punto de descuento y el del posterior empate llegan, las ilusiones realizan un aterrizaje forzoso que termina con accidentes de todo tipo, desde malas palabras masculladas hasta peleas campales en lo bares.

Después viene mi etapa favorita, el silencio...

Pero todo termina cuando otra persona, animal o cosa lo termina, algunos cambian de tema, otros se toman todo lo que queda en el bar, otros se refugian asegurando que pensaron que así terminaría, mientras la arrancada de raíz de la semilla aún les arde en el pecho.

Es imposible eludir este ciclo que todas las veces, una tras otra, se repite cuando un campeonato y sus partidos tienen la petulancia de montarnos en una montaña rusa que conocemos, y no podemos dejar de subir.

martes, julio 03, 2007

120 kilos de Jazz en el mArtadero


Llegamos temprano pero ya había cola, es increíble que un lugar donde se mataban vacas sea ahora un espacio cultural. Entrar e imaginarse las inmensas musculaturas de las vacas degolladas pendientes de los fierros es una tarea difícil, cuando donde estuvieron los tobillos enganchados de los mamíferos, las luces están perfectamente direccionadas al escenario, las paredes, antes manchadas de sangre están pulcramente cubiertas de telones negros. Una silla sola invita a la curiosidad y a la vista, dos mesas laterales dan la apariencia de un bar. Algunos no actores se sientan, mientras que los demás plebes nos acomodamos en las tarimas.

Tal vez la mejor sensación de todas es la ansiedad de esperara en el cine o en el teatro, esa expectativa esa ansia que crece en el pecho, cualquier indicio de luz, de movimiento causa un interés. La energía inicia su fluir entre el escenario y los espectadores, el flujo va cobrando intensidad y reduce al mundo en ese momento, en ese instante, en esa palabra.

Cuando el gordo Méndez patea el contrabajo y le corta una cuerda, puedo ver el gigantesco instrumento cayendo estrepitosamente. Cuando menos lo pienso el mariachi tiene un sombrero enorme que solo mi imaginación le ha construido.

Me tiemblan las piernas cuando el gordo espera a la mujer de sus sueños en la puerta de la fiesta. Puedo sentir en carne propia los movimientos del gordo que imita al bajo con la boca solo para entrar a ver a la chica de sus sueños. Lo veo en la fiesta cruzando toda la pista con un alicate en la mano, mientras desde la otra mesa una mujer hermosa con un lazo lila atado al cuello lo mira con curiosidad y se le acerca.

Me siento con el gordo en un banco de plaza y juntos nos comemos las empanadas que se ha guardado para esa hora de la madrugada.

El cine y el teatro me abren una puerta que me lleva fuera de la realidad feroz y me permite ver un mundo de magia, que sin ser fantasía, me calma el alma y me permite ser de nuevo una niña.

lunes, julio 02, 2007

Somewhere ...