jueves, febrero 26, 2009

A veces me gustan los jueves por la mañana especialmente después de un feriado, la gente se perfuma y arregla como si fuera lunes, nos traiciona la costumbre y tenemos todo el espíritu de primer día de la semana en pleno jueves.
Hasta pude sentir esa desolación que viene al saber que esperan largas y silenciosas horas de oficina.
En mi pasada rutinaria por blogs encuentro un poema poderoso, perfecto para mi, me cae como la ficha perdida del rompecabezas que intento armar desde hace mucho. Es un poema triste sobre perder, sobre no querer perder.
La moral me atrapa aveces y siento que todo es mi culpa, por suerte he logrado ejercitarme lo suficiente para espantarla, también me he puesto en el papel de víctima pero no he encotnrado comodidad, solo me dura unos minutos, después vino el papel de super mujer que puede arreglarlo todo por su cuenta ese fue el mejor pero aunque traté de retenerlo simplemente desapareció, luego lloré desconsoladamente por todo este silencio que no logro contener, pero finalmente los jueves que parecen lunes estoy mas tranquila y aunque no logro entender ni encotnrar solución pareciera que todos los demonios están en sus respectivos lugares, nos conocemos bien y al menos entre nosotros no nos mentimos. Ya tendré otros tiempos de desconsuelo. Sigo sintiendo un hueco, una herida todavía roja, pero hay veces en que logro disimularla y hasta me olvido de ella. Con el tiempo sanará.

ONE ART

The art of losing isn't hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn't hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel.

None of these will bring disaster.
I lost my mother's watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn't hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn't a disaster.

---Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan't have lied. It's evident
the art of losing's not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.

Elizabeth Bishop

martes, febrero 17, 2009

El tiempo esta medido por las lunas que engordan y enflaquecen,
por los cuadros en el calendario,
por las veces que te veo,
por los días que te espero.
El tiempo se queda flotando en mi cuarto después de las cuatro y media,
cuando solo hay silencio y no cabe nada más que los recuerdos.
Las estrellas pegadas al techo son finalmente de plástico,
ellas no cruzan el cielo ni yo logro moverme para que su existencia forforescente sea mas consoladora.
El radio despertador me arrula a veces,
su voz desintonizada me conmueve.
Silenciosa me quedo esperando el otro día
que no llega nunca.

jueves, febrero 12, 2009

La soledad se llena a veces de palabras, crecen como hongos, brotan en todos los vacíos, pero se evaporan tan rápido que es preciso rellenarlos otra vez. Cuatro paredes sin ecos se llenan de visitas pasajeras, de relatos, de risas que finalmente callan, las callan a todas. Su espumosa y densa verdad termina por aplastarnos.
Pero volvemos otra vez a ellas, volvemos para tejerlas y cubrirno de esos silencios.

miércoles, febrero 11, 2009

A veces una se aburre del mundo, de las cosas de siempre, es como si estuviera esperando que algo diferente pase lo desea secreta y ansiosamente, pero cuando sucede aunque lo había deseado tanto no termina de creer que realmente ésta ocurriendo, la primera reacción es de pánico y dan ganas de no haber querido tanto.El poder de los deseos nos asusta.

***

Me fui temprano a casa, a las siete tengo un sueño de media noche y no importa que intente no logro despertar, de a poco voy sintiendo más lenta, parca, camino intentando parar el mundo, como si todos podrian esperar como yo espero ahora.

***

Aun estoy en eso, es una historia de una chica de secundaria, de las que ponen de ejemplo los profesores. Quisiera que se pueda ver su vida simple, la forma sencilla en que ha estructurado todo, una especie de tranquiliad embotellada, una serie de rutinas precisas , lugares conocidos, espacios dominados que de protno se quiebran se derrumban, pero me falta un final mejor.

viernes, febrero 06, 2009

Compré un rollito de gomitas ácidas, de esas que tienen como azúcar pegada y te hacen doler detrás de las orejas.
Me gustan las gomitas ácidas, tienen su gracia, su truco. En la tienda de dulces se ven muy inocentes y coquetas todas enrrolladas y de colores festivos, casi siempre tienen su letrero de advertencia "ACIDAS" pero sus perfectas vueltas en amarillo y rojo o celeste y naranja nos desvían inmediatamente la vista del letrero.Además están ahí todas lindas como indiferentes y espectates, 10 centímetros de placer enrrollado y espolvoreado de azúcar, no es posible resistirse.

Estos son días extraños, de comer frutas y verduras, tengo guardada una manzana en la cartera y un durazno en el escritorio del trabajo. Pero es justo a las tres cuando quiero comer algo medio dañino y las gomitas me miran de reojo.
La que encontré hoy es una olvidada, la compré la anterior semana y me olvidé de ella, estaba notoriamente resentida toda apachurrada en mi cartera había perdido algo de su natural glamour.
La saqué con cuidado y la extendí toda como en un ejercicio de estiramiento, los pedacitos de azúcar se le iban derramando, era un desperdicio dejarlos ahí, entonces, previa vista de ningún impertinente de la oficina, bajé la cabeza y le lamí el lomo colorido y azucarado.
Casi pude escucharle esa risa linda de consquillas.

martes, febrero 03, 2009

A las 17:03 me duele la cabeza, como si no hubiera cabida suficiente para todas estas cosas.
Por aquí hay vientos de cambio, todos parecemos entrar en arenas movedizas, no hay otro camino que la incertidumbre, nos suspendemos los pantalones inutilmente, las dudas ya nos han subido hasta los muslos, nos ha salpicado al pecho y la cara. Igual seguimos porque no hay otra salida, vamos mirando en la orilla una cuerda salvadora, una rama a que aferrarnos, en fin.
Mientras tu creces inocente, navegando ahí dentro.
No te preocupes, yo aprenderé a nadar en el lodo si es preciso