El sueño de una noche de viaje y las hormonas atolondradas forman una peculiar combinación, un brebaje que debe ser de un color a la vez denso y transparente. Esa extraña combinación se aremolina en mi vientre, me agita el pecho, me cierra los ojos y sale por mis dedos que presionan teclas como única necesidad de ver llenarse un espacio blanco.
El sueño siempre ha sido o mi mejor aliado o mi peor enemigo.
De la ventana veo las paltas maduras que me sonríen, los picos agudos de tierra y viento, algunos pálidos otros rojos, no están más.
Fue difícil buscar un árbol favorito en La Paz, pero creo que aun es muy pronto para decir.
jueves, marzo 29, 2007
Mirando árboles
Publicadas por Unknown a la/s 8:40 a. m.
Diseño por headsetoptions | A Blogger por Blog and Web
0 comentarios:
Publicar un comentario