miércoles, junio 09, 2010

Llévame a comer pescado,
me perderé contigo
trepando las calles hacia los mercados
sosteniendo tu mano
volveremos a ser inocentes
libres de pecado

me perdonarás todo
cuando muerda el filo jadeante de tu cadera
lugar mío que nunca he olvidado

me espanto las pesadillas de tu olvido
creyendo que tienes hambre como yo
mandando cartas y mensajes a la nada

esperando, esperando, esperando

domingo, enero 10, 2010

¿Cómo terminar un amor? - ¿Cómo, entonces, termina? En suma, nadie -salvo los otros- sabe nunca nada de eso; una especie de inocencia oculta el fin de esta cosa concebida, afirmada, vivida según la eternidad. Sea lo que fuere del objeto amado, que desaparezca o pase a la región de la Amistad, de todas maneras, no lo veo desvanecerse: el amor que ha terminado se aleja hacia otro mundo a la manera de un navío espacial que cesa de parpadear: el ser amado resonaba como un clamor y helo aquí de golpe apagado (el otro no desaparece jamás cuándo y cómo se lo espera) Este fenómeno resulta de una limitación del discurso amoroso: no puedo yo mismo (sujeto enamorado) construir hasta el fin de mi historia de amor: no soy su poeta (el recitador) más que para el comienzo; el fin de esta historia, excatamente igual que mi propia muerte, pertenece a los otros: a ellos corresponde escribir la novela, relato exterior, mítico.

Barthes