sábado, febrero 24, 2007

Lo ya visto

Cada silla o espacio del Corso cuesta 50 bs.
Hay premio monetario para los ganadores
Los trajes simulan oro y casi lo valen.
Los auspicios son millonarios.

A unos kilómetros
El agua llega al pecho
Los animales han muerto
Y el panorama nos recuerda a Aiquile

La cooperación internacional llega
...y la nacional?

viernes, febrero 23, 2007

...

De pronto,
así de repente
ha llegado el silencio.

sábado, febrero 17, 2007

Confesión I

La música de banda me hace dar ganas de llorar, es una sensación extraña que comienza apenas con una emoción, justo cuando mi ritmo cardiaco se acopla al del bombo y juntos retumban en un solo son, es extraño como ese movimiento se hace sentir y el sentir se convierte, a mi pesar, en un algo inexplicable que solo puedo expresar en unas ridículas lágrimas que intento reprimir a toda costa por la ridiculez e imposible explicación de su existencia.

Hay algo en la música de bandas que termina explotándome en el pecho, me erizo entera, siento una gota helada de emoción que nace en mi nuca me surca la columna y me obliga a arquearme ante una descarga de algo desconocido.

Pienso en ti y si alguna vez habrás visto estas calles blancas de balcones, he hecho tantas veces este recorrido de valles que mi kilometraje entre Sucre y Cochabamba a de ser equivalente al de una vuelta al mundo, al menos al mío.

Espero pronto hacer un viaje de montañas y emocionarme con la banda de nuestras ausencias por fin encontradas.

miércoles, febrero 14, 2007

Me gusta la palabra febril.

jueves, febrero 08, 2007

Vértigo


Me da miedo pero acepto.

Ese retorcido camino es compartido,
sé el dolor que trae
conozco las alas que hace crecer
Sé como duele la caída
pero la prudencia pronto me abandona,
hay magia
que me sigue llamando al abismo


De tanto querer diferenciarse, la vida y la muerte se parecen tanto.

sábado, febrero 03, 2007

4:48 Psicosis

Intento matarlo de todas las formas, estar a su lado ha sido el infierno, el aterrador circuito de un tren descarrilado, la confusión, el dolor, el delirio…. le he echado tazas de café hirviente, cigarros, hierva mate, ni con toda la fuerza de mi cuerpo puedo expulsarlo, se ha instalado como un inquilino indeseado y por mas que trato de evitarlo no hay forma de huir de él…… después de unas horas de lucha comprendo que en realidad lo amo, está aquí me toca la nariz, los ojos, la boca, los oídos y las manos, me aumenta un sexto sentido que tiene sensibilidad de telaraña, no hay un susurro que no se sienta como un chillido, una sola mirada que no se le adivine los deseos, un solo roce que no quiebre el alma…….. He tratado de olvidarlo ocupada en el trabajo, cerrar los ojos ante su desesperante presencia, pero me doy cuenta que lo odio por la desbordante lucidez con que me muestra la vida, por que de tanto intentar no verlo, veo a través de él que me desnuda de defensas y me hace un bicho cualquiera en la oscuridad, y las verdades que esa condición me devela son a la par atroces y sublimes.

Quiero dormir?... necesito dormir


Desgrano uno a uno los minutos hasta las seis y media, los empujo con los dedos uno tras otro, trato de darles un impulso mayor una rapidez poco común, pero no me hacen caso, uno a uno los veo, escucho su tic tac, comprendo su singular vulgaridad y los acompaño en el camino al fin, a su fin, que es el mío, uno idéntico al otro.

jueves, febrero 01, 2007

De febrero

De febrero me gusta que llueve mucho, que en la casa del vecino, desde las alturas, las paltas maduras nos apuntan cuando pasamos.
De febrero me gusta que parece que el destino me llevará a Santa Cruz y aun que sólo es una probabilidad me gusta jugar con ella en las mañanas cuando camino al trabajo, o en las noches cuando no puedo dormir por que me da miedo morir.
De febrero me gusta que es mes de agua, de pisis, de mi hermana que cuando era chica decía que cuando grande quería ser pecesito del parque.
De febrero me gustas tú con una camisa verde, parado lejos.
De ferbrero odio la sicosis del carnaval y sus globos,
de febrero odio que no estes cerca, que los charcos se hacen mares y con el paso de los autos olas y huracanes. De febrero odio arrugar las hojas de mis planes con el peso de la realidad y el bolsillo.
De febrero odio ver florecer mis deseos convencionales, verme trivial y superflua de pronto, a pesar de haber luchado por no serlo.
De febrero odio... te odio, pero solo a veces.