miércoles, mayo 30, 2007

A las 8:25 de la mañana el mundo se condensa en el micro H.

lunes, mayo 21, 2007

Kill Bill

Le dije que mi película favorita era Kill Bill.
Ah si?- me dijo mientras levantaba una sola comisura, adiviné que interpretó lo que le dije, por eso me apuré a responder.
-No es por hacerme a la interesante, no es que me guste la violencia ni las metáforas de anime - por qué tendría que aclarar esto, que piense lo que quiera, pero no puedo con mi carácter debo aclararlo- Es que esa mujer es en muchas ocasiones lo que yo quisiera ser. Es difícil de explicar, pero por ejemplo cuando estoy cruzando la calle y el semáforo está de acuerdo conmigo, pero un chofer hijo de su "$%& madre quiere pasarse, solo puedo llegar a proferirle un insulto que proveniente de mi, más que rabia o miedo inspira risa, pero si yo fuera como la Uma pararía el auto con las manos, sacaría al chofer por la ventanilla y mientras cierro el vidrio a modo de guillotina le recordaría los colores que su maestra de kinder no pudo enseñarle.

Pero dadas mis humildes condiciones físicas, no puedo hacer ni la octava parte de lo que podría hacer Uma. Pero más allá de lo que sucede en mis aventuras de peatón, cada día la comisura que sube es la de mi jefe, en él se encarna todos los enemigos del universo y debo desviar la mirada o buscar un recuerdo agradable para no cortarle la cabeza a pesar de mis precarias habilidades de defensa personal y el peligro de despido que encierra tal descarga de mis más profundos impulsos.

Mi amiga dice que debo ir al psicólogo que no es normal aborrecer tanto a alguien, es que la sola idea de conversar con un tercero sobre esta ira se me hace un honor inmerecido para él... ya sé , ya sé.. eso es lo que hago ahora.

miércoles, mayo 16, 2007

Teoría de la infelicidad

Es común escuchar los diferentes significados y atributos que se le asignan a la felicidad. En la imposibilidad de alcanzarla se le otorga características a gusto y placer de cada individuo. Existen desde las concepciones clásicas de la felicidad que se basan en creer que se trata de buscarla en la familia y en las simples cosas de todos los días, las haya también de las que ponen el tiempo como parámetro de su magnitud e intensidad, dichas definiciones apuntan a que la felicidad está determinada por los instantes, dicen los que sostienen esta teoría que se trata de un momento mágico-muchas veces imperceptible- que nos produce un estado de armonía plena. Pero al ser la mayoría de las veces imperceptible, no sabemos que se trata de la felicidad y para cuando nos damos cuenta ya ha pasado el instante, y nos hemos perdido - una vez más- de la felicidad. Afirman los adeptos a esta teoría, que en realidad uno no debe estar pendiente de sentir felicidad, pues la alerta de los sentidos para captar este momento, producirá el efecto contrario y lo disolverá sin que podamos percibirlo. Se deduce de está afirmación que en realidad no debemos saber cuando nos llegue la felicidad, pero inmediatamente surge la refutación: de no saber que estamos felices como podríamos sentir la felicidad? esta teoría antepone el saber como base del sentir, uno no siente hasta sabe que lo siente.

Del desafío que se constituye hilar fino el concepto de la felicidad, me atrevo a decir que la felicidad es en realidad el no saber. El que no sabe, es feliz. Puede tal vez entenderse que esta afirmación tiene una tendencia oriental en la que se pretende ser libre de necesidad y así llegar a la completa armonía. Pero humildemente confieso que no pretendo que mis meditaciones lleguen a tal profundidad. Considero sin embargo que el deseo es el motor de nuestra vida, pero mientras sea este más simple, más simple será de conseguir nuestra felicidad. Los niños por ejemplo, no se andan preocupando por compararse un libro o por conseguir la mirada de fulano o la lectura de sutano, su inocencia, su no saber, los hace felices, no se preocupan por la felicidad y por eso son felices.

La cuestionante surge entonces. Si fuimos niños, fuimos felices y si fuimos felices que es lo que nos volvió infelices? fueron los años?, la pérdida de la inocencia?, el tiempo?, la evolución? Considero que cada una de estas preguntas puede ser sólidamente argumentada sin embargo me inclino a creer que la infelicidad se inicia como consecuencia del momento de iluminación.
El momento de iluminación no es otra cosa que un segundo, o varios, pero se trata de un momento breve en el que uno descubre en sí una habilidad única, me explico con un ejemplo. Uno es un explorador en plena jungla, la jungla es la vida con todas sus lianas, flores exóticas, bichos de indescriptible físico, etc. en una mañana cualquiera el explorador descubre un pasadizo subterráneo, su espíritu aventurero le lleva a introducirse en las profundas cavernas, después de sortear algunos obstáculos, léase juego de ajedrez tipo JK Rowling y uno o dos buenos bichos de preferencia con ojos en las manos, llega a una cámara en la cual se encuentra un pedestal que sostiene una pequeña botella y dentro de ella un brebaje, que resulta ser la esencia del explorador, ese momento es el momento de la iluminación, el brebaje representa la función del explorador en el mundo, su razón de ser en el universo y al beberla se siente parte del cosmos y todas sus preguntas existenciales son respondidas. Sabe cual es su esencia, su lugar en el mecanismo universal.

Por su puesto que hasta aquí no hay nada de infelicidad, pero está comienza enseguida cuando el explorador en plena jungla descubre que en realidad su esencia se traduce en ser corredor de bolsa, mira los árboles que le han visto sus hazañas, mira las lianas, divisa el camino que debe machetear para salir de allí, y comprende que jamás será feliz, se arrepiente de haber bebido su esencia, hubieses querido no conocerla y ser siempre un explorador, pues aun que no le apasionaba su labor, le traía tranquilidad y una que otra aventura, además la posibilidad de enganchar con sus historias una que otra mira de pestañas largas.

La jungla es la jungla, y en ella no hay bolsa, ni corredores de bolsa, lo más cercano es el truque que realizan los nativos los domingos de mercados, decide comenzar por algo, pero su fama de explorador le exige seguir explorando y es su forma de subsistencia, nadie jamás lo pensaría como un corredor de bolsa. Se desalienta, sufre, hace cálculos por las noches para no olvidar sus conocimientos básicos. Sueña y a veces llora. No se queja de su vida de explorador, últimamente se ha ganado el respeto de los nativos y los colegas exploradores, los ojos de pestañas largas ya no se conforman solo con miradas, a veces se olvida del brebaje pero cuando pretende ser feliz reacciona en su cuerpo y le recuerda que él posee algo más para poner en marcha. El momento de infelicidad es aquel en el que uno descubre de lo que está hecho y se da cuenta que jamás podrá hacerlo, a pesar del optimismo y los ánimos de los amigos la verdad es apabullante. Esto no significa que no disfrute de la vida y sus dones, pero después del momento de la iluminación nunca podrá ser feliz como los niños, pues a diferencia de ellos sabe.

Existen los exploradores que han llegado a la puerta de la caverna, incluso algunos avezados que han enfrentado las bestias, pero solo algunos han vivido el momento de la iluminación. Este momento le garantiza a cualquiera la infelicidad. A pesar de la tristeza de saberse imposibilitado de alcanzar lo que uno quiere, la vida es en realidad lo único que permanece, y es generosa a su manera. Mientras los que nunca tuvieron un momento de iluminación son felices con los pasos de la vida, los que vivieron este momento jamás lo serán. Los exploradores temerosos se enamoran por primera vez y sienten auténtica felicidad, lo mismo les ocurre con algunos pequeños logros, el primer trabajo, el primer hijo o la pareja a largo plazo - sin importar demasiado el orden-, un auto a plazos y un sueldo honorable.

Sin embargo aquel que vivió el momento de la iluminación será esencialmente triste, se escuchará su risa y ante las payasadas de sus amigos será capaz de desentornillarse de risa, sin embargo sabrá en cada carcajada la imposibilidad que es su existencia y esto le hará en esencia triste.

Para que no sean todas malas noticias, aun creo que esta esencia triste encuentra algunas maneras de lamerse las heridas, por lo general están muy ligadas al arte ya todo lo que implique safar un poco de la realidad, léase sexo, drogas y rock and roll, al menos los tristes son creativos y aun que no compensa, reconforta.

viernes, mayo 11, 2007

Un mail no enviado

Disculpa esta lisura, pero entre al youtube y escucho feel y no puedo, no puedo quedarme sin escribir algo... perdóname, lo que siento me inunda, la música es el 80 % de la emoción y no la buscaba llego a mi con Robi Williams y yo, no sé que hacer, lo único que puedo es hacer de estos latidos letras...
perdoname.

sábado, mayo 05, 2007

La llamada

Sonaba el teléfono mientras yo subía las gradas, ese timbre era un taladro en mi oído, desde el principio pensé que no podría llegar a tiempo para contestar esa llamada, que tristeza saber que algo nacerá muerto , aún así tuve la reacción instintiva de apurar el paso, subí las gradas de dos en dos, intentando llegar, aun que sabía que cada 4 gradas sonaba un ring, y la gente no espera más de 5 antes de de colgar, me apuré, saqué la llave del bolso, ella al tanto de mi situación se encondía detrás de la libreta, debajo de la tableta de chocolate, un ring más, será el último no alcanzo, por fin te tengo maldita, la meto doy vuelta veloz, un ring, aun no han colango. Hola hola.... Hola, esta Lucía .... no número equivocado... a perdón.

De como le encuentro un sentido existencial a las burreras de la vida.

viernes, mayo 04, 2007

Un paréntesis

Me dieron ganas de estallar en un llanto de rabia,
de tomarte de la solapas, sin importarme que no uses camisa
Darte en el pecho un derechezo certero que haga escupir lo que has callado
y gritarte con la histeria que se apodera de mi los días de luna llena
Por que te fuiste!!

Pero el poder de mis dedos sobre las teclas me traen la cordura de responder con decoro, que tiene más de miedo pero de un miedo felíz.

Me gustan los reencuentros, espero que este sea uno.