sábado, mayo 05, 2007

La llamada

Sonaba el teléfono mientras yo subía las gradas, ese timbre era un taladro en mi oído, desde el principio pensé que no podría llegar a tiempo para contestar esa llamada, que tristeza saber que algo nacerá muerto , aún así tuve la reacción instintiva de apurar el paso, subí las gradas de dos en dos, intentando llegar, aun que sabía que cada 4 gradas sonaba un ring, y la gente no espera más de 5 antes de de colgar, me apuré, saqué la llave del bolso, ella al tanto de mi situación se encondía detrás de la libreta, debajo de la tableta de chocolate, un ring más, será el último no alcanzo, por fin te tengo maldita, la meto doy vuelta veloz, un ring, aun no han colango. Hola hola.... Hola, esta Lucía .... no número equivocado... a perdón.

De como le encuentro un sentido existencial a las burreras de la vida.

1 comentarios:

Fernando Ducrot dijo...

Eso me recuerda a una tarde gloriosa. Caminaba en una calle extensa donde unos niños habían perdido el balón que ahora venía hacia mí. Venía decisivo, ineludible.

Levanté el talón para devolverlo, pero en un momento dado, no sé por qué, dejé que se fuera. No imaginan los rostros expectantes, la frustración. Y es cierto, si alguien lo desea, le cambio de corazón.