jueves, junio 29, 2006

Rosario

Federico salió disparado antes de que yo pueda damr cuenta, la puerta se azotó contra la apred y pedazos de yeso y pintura cayeron a migajas. Desagraciado, pense para mis adentros, luego me apegre que no estuviera presente parta oir mis pensamientos por que si algo sabe hacer bien es leerme la mente. Dejé el pan y la leche recie comprados en el piso y asegurándome de tener mi llave, salí corriendo detrás de él. Como siempre la calle lo desquiciba, es como si fuera un mundo paralelo en el que se transformaba en su alterego. Con tantos años de vivir juntos no podía entender que le pasaba, mientras caminaba los pococs pasos entre la puerta de entrada y la reja lo vi en mi mente hecho un energúmeno, corriendo desdeperadamente de una esquina a otra, moviendo sus cabellos rojos como un rokero en pleno Woodstok. Cuando llegué a la calle y mire al mejor estilo de espectador de partido de ping pong, no estaba. Una angustina me paralizo el corazon, pues si no estaba corriendo solo algo malo podía haberle pasado, en mi mente se golpeaban las ideas, que si fue hace un segundo, pero no escuche ningun choque, ningun grito. Entonces me volví yo un energúmeno y corrí desesperado hacia la esquina, pensando lo peor.
Ahí estaban Federico y Rosario presentandose de la amnera mas amigable, si algo debo reconocerle es que es educado y tiene muy buen gusto.
Rosario estaba vestida con un traje sastres gris, con la rigidez que su oficina le obligaba para impedir la luz que le desbordaba por el pelo castaño y los ojos brillantes.
Cuando me vio llegar en chanclas y con la pijama mal ocultada detras de una sucia chompa, no pudo disimular una sonrisa.
Pensé que le había pasado algo- dije para disimular lo avergonzado que me sentía.
Estamos muy bien como ves, acabamos de presentarnos- me dijo sonriente.
Yo solo pensaba en que debia decir algo rapido y facil y sacarlo a el y a mi de esa situación, pero el estaba todo contento, sin muestra aluguna de malestar, meneaba la cola y con la lengua colgante pasaba su mirada de Rosario a mi y de mi a Rosario.
Lo nuestro fue un encuentro perruno.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Here are some links that I believe will be interested