jueves, julio 06, 2006

Celia de noche

A los ojos le cuestan acostumbrarse a la oscuridad, del fondo poco a poco se enciende una luz como un vela. Se escuchan unos tambores, algo se mueve al fondo del escenario. La música parece salir de todos los rincones, juntándose en el centro y haciendo un hilo fino que brilla y se hace luz que dibuja una silueta femenina. Un vestido largo de millones de pliegues confunde, conmueve, unos brazos se tuercen, la falta es un miembro mas de todo ese ser que parece obedecer a los tambores. Un escalofrío me entra por la nuca como un rayo que se descarga en mis pies. Mis latidos se acoplan al baile, a los tambores. Hay una silenciosa conexión entre ese espacio que me separan de los tambores y de ese baile, ya no soy más yo sino ellos que hacemos un nosotros. Puedo cerrar los ojos y ver todo dentro. Aparecen otros, todos en una luz sepia de encajes, bucles de vestidos y cuerpos. Intento buscar a Celia pero no puedo verla, todo se hecho algo increíble que no puedo obviar para buscarla. Estoy pasmado hechizado por todo lo que allí ocurre. Recuerdo a mi madre y un calor líquido surca mi mejilla izquierda.

0 comentarios: