martes, diciembre 11, 2007

Cuando abrazan las palabras

En nuestro afán de entender el mundo, le damos explicaciones a todo y es que a veces los terrores de la vida nos hacen asirnos a las que creemos verdades. Solo para salir un poco a flote.
Aunque la tristeza nos acompaña siempre, a veces la magia sucede, es realmente magia, pues nos asombra y nos cuesta creerle, azorados por la suerte que nos ha llegado, solo atinamos a sonreir y a olvidarnos del mundo, como si éste solo fuera en nosotros y en la suerte y el destino que de pronto somos.

Yo camino suspendida por una felicidad que nunca pensé encontrar en estas tierras frías, de pronto la ciudad se llena de sol, le encuentro sus jardines, se ven hermosas sus montañas desde las pasarelas, y aunque nada esta planeado, sospecho que una deidad se distrae tejiendo estos días extraños y preciosos.

Mientras yo miro las calles empedradas, me preocupo sólo de la distancia de las baldosas, tomo un copa de vino, lleno mis pulmones de aire frío y extrañamente siento algo parecido a la felicidad.

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