martes, junio 24, 2008

Recuerdos de agua

Al final como dice Manuchao "llevo en el alma un camino destinado a nunca llegar", es como si fuera una plomera, vengo a destrancar, a limpiar las cañerías, a dejar las cosas fluir, pero en algún momento me voy, no permanezco me voy siempre. Cuando la gente abre la llave de agua por la mañana y la deja correr, no se acuerda, no sabe, no le interesa quien limpió el tubo, quien lo destrancó. Esta es la labor del anonimato, del silencio, que me emputa pero es así, así nomás es mi condena en esta vida hacer que las cosas funcionen bien tan bien que luego nadie se acuerde quien estuvo ahí. Será la única recompensa esa luz extraña que a veces te veo en los ojos, cuando sonríes sin miedo y te acuerdas del agua.

1 comentarios:

Lilyth dijo...

Puede que un comentario sobre el modo en que desatascas mis cañerías tendría una connotación sexual, me hizo gracia darme cuenta de la misma luego de pensar en la frase ;)
Lo que quería decirte es que yo recuerdo, como mujer invisible tengo presente a quienes hacen el trabajo sucio y se van, quienes consiguen que el mundo funcione sin tropiezos, tengo presente a las manos que tejen coincidencias, que levantan conciencias que hacen de este mundo un rinconcito mejor… las tengo presente… por las noches prendo una vela imaginaria para pedir al encargado para que las manos no se cansen y el mundo tenga siempre quien se levante por las mañanas y le retoque la cara de resaca mientras le pasa un jugo de naranja y una aspirina para el dolor de cabeza.