sábado, agosto 30, 2008

Cuando salió de la oficina de correos recordó la escena...
había una perfecta armonía en el ambiente
todo tenía una complicidad generosa que le sonreía, las calles, su pisada pequeña, la blusa roja que le enmarcaba la unión de las clavículas, la afortunada cadena de los hechos, el tejido de las cirunstancias que le habian permitido, al filo del tiempo y la suerte, enviar esa carta.
El viento le sopló detrás de las orejas y ella se sintió feliz.

Hay tantas formas de tirar botellas al mar, pensó.

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