lunes, septiembre 01, 2008

Después

Luego vino un tiempo de pausa, me sentía lenta, tibia, como si la vida no tubiera ya apuro sobre mí. Los plazos se iba venciendo uno a uno, pero una calma me inundaba, tenía ganas de sentarme en una plaza y ver volar palomas, comer salteñas a media mañana y respirar profundo, como si solo esperará a que venga alguién a llevarme a alguna parte, pero sin angustias, solo esperando.

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