miércoles, abril 11, 2007

Un martes de cumpleaños

A través de la copa de vino te veo,
después que todas las formalidades han sido borradas por el licor de uvas, que nos envuelve y desenvuelve en risas.
Después de eso te veo.
"No me gusta el mundo" digo en tu oído, y aun que no sé si me escuchas, sé que tratas, tratas de entenderme.

Lo sé no soy una persona fácil, algo salió mal en mi que me saca de las corrientes comunes, y en una fiesta donde todos rien y se beben la vida, no puedo más que ver lo triste que es este mundo y nosotras sus gentes.

El Jose se puso felíz muy pronto, le ayudó el vino y una niña preciosa de ojos verdes, los demás contaron chistes, se buralron de la vida, se mojaron de vino, papas fritas y aceitunas.

Yo me presté del Jose un libro que venía buscando desde hace mucho, le regalé otros dos que pronto me prestará.

Es verdad, para escribir hay que ser esencialmente triste, aun que me río de los chistes y bebo vino, la tristeza se ensarta en mi y me hace ver con sus ojos.

Solo en estas letras, tristes letras, encuentro sosiego.

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