sábado, septiembre 29, 2007

Hablando cursilerías

El deseo de verte entro en mi como una semilla.
Se hizo de mis sueños y de mis mas ocultos deseos
sin querelo, sin saberlo, por mis ojos, por mis poros
por mis oídos y todos mis sentidos, se fue formando una semilla pequeña y dulce
que nació en en mi paladar, germinó en mi pecho y se hizo fuerte en mi vientre
A pesar de negarte tantas veces, de querer olvidarte,
de postergarte, tu encontraste la forma de hacerte un nido dentro mío
Te hiciste de mis palabras, tristes palabras
que son tu único abrigo, y el mío.

1 comentarios:

Fernando Ducrot dijo...

Placer de reiterar: la punta de la lengua emprende un viaje desde el borde del paladar.