martes, febrero 22, 2005

Chumpas

Cuando era chica, todos los nietos nos juntabamos en la casa de mis abuelos en Potosí, éramos una juaría de enanos.
Una ingeniosa tía fabricó un muñeco de trapo tamaño natural y entre todos los bautizamos con el nombre de un pordisero que asustaba a los niños del barrio, se llamaba Chumpas.

Mi tía colgaba al Chumpas del alambre para secar ropa y todos los chitis le dábamos de a golpes. Empezamos tímidamente pero poco a poco empezaron las patadas, los puñetes, hasta cabezasos, era increible como nos descargábamos con él.

Ahora que lo recuerdo en el tiempo me produce algo de nostalgia y lástima. Por el muñeco, por la niñez, por los primos cercanos entoces y tan lejanos hoy, pero sobre todo nostalgia por una vida que fue mia y ya no lo es.

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