lunes, noviembre 19, 2007

Esperando los viernes

En algún momento le temí a las revelaciones,
la verdad, aunque tiene la pureza de la que está hecha, posee además una dosis de realidad que la mayoría de las veces es insoportable. La mentira tiene algo de ilusión que me ayuda a vivir, a zafar un poco de las realidades que tanto quiero cambiar.
Pero la del viernes fue real y gentil y me acompañó mezclada entre mis sueños del viaje, estuvo conmigo por la mañana mientras andaba por la calle oquendo, se prendió del vestido azul que me puse el sábado y se sentó a mi lado en el bus de regreso.

Ahora que escribo cursilerías públicas sin el mas mínimo temor, me atrevo a decir, que espero los viernes.

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