viernes, enero 18, 2008

He decidio escribir lo imposible.
El peso de las horas mal dormidas puede susurrarme palabras que la monotonía de los días se come,
es extraña esta sesación insomene de escribir, como si las palabras podrían dormirme, arrullarme un poco, como si ellas supieran que es este cansancio pesado es el mejor lugar donde ellas florecen.

Me entrampo a mi misma,
me pongo la música que me duele, hago una selección cuidadosa, esta Chabuca, Yan Tiersen, Radio Head y Lhasa.
Tambien leo los poemas que son para acariciar, aquellos que compre apenas con dinero prestado.
Ya todo esta listo, mi alma mas sensible que nunca, inspira un poco y de pronto mis dedos corren ligeros por las teclas, son estas letras un conocido tema de piano, uno que no he olvidado con los años, apesar del piano que no tengo y tanto quiero,
ya me empiezo a olvidar pero esta Chabuca en el estribillo y las palabras salen una a una riendo, justo en el momento en que el último arpegio cierral la canción.

Aun estando echada en la mas confortable cama, no podría dormir, aun la pastilla mas fuerte me haría escribir en la mente, lamentaría durante la caída de mi conciencia el no estar aquí, muerta de un sueño que no puedo dormir, reclamándome a mí misma porque no escribo y por fin incluyo un nombre de mujer en la lista absolutamente masculina de escritores, de todas las reseñas, de todos los artículos de todas las antologías, terminamos siempre siendo pocas, como adornos, no cargando demasiado, ni siquiera igualando en cantidad.

La pregunta del millón es la de siempre, la que se hacen otros, es la del miedo, es la que no sé responder...y yo que hago? y como se escribe? acaso para ser escritora solo necesito escribir?
tal vez mis perdidas palabras se acurruquen en el fondo de una botella que se hacen un triste y desordenado post, lanzado sin pudor al mar del cyber espacio, con la romántica e ilusa idea de tener alguna vez respuesta.

"Estas borracha de cansancio" me dice mi amiga, conocedora de estas sensaciones que traicionan la razón, le sonrio desde mi ojos hundidos. Tal vez es como una acercamiento a la muerte, como un querer morirse y no poder, depués de todo acaso no es la muerte un sueño eterno?.

Tal vez en ese amago de lucidez temeraria, la misma que tienen los moribundos justo antes de rendirse a la vida, tal vez esa similitud que me hace comprender lo imposible de mi empresa de escribiente, me hace saber mi verdad, mi utopía, mi absoluta imposibilidad, y es que no sabe la muerte que la palabra imposible es como un hombre de ojos tristes, que dice que no sabe tocar la guitarra pero la toca, es un atractivo voráz que me hace cerrar los ojos y rendirme.

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